Hermandad

Lo que hoy es Hermandad Penitencial del Santísimo Cristo de Zalamea y de María Santísima del Consuelo, se quiso fundar como “Mayordomía del Santísimo Cristo de Zalamea y María Santísima de las Angustias” conforme al acuerdo tomado en Junta Fundacional de fecha 27 de marzo de 1966.
Sin embargo, la constitución de esta Mayordomía no prosperó al no obtenerse ninguno de los permisos pertinentes, entre otras razones por la existencia de otra Mayordomía que ya contaba con un “paso” similar al de la Virgen de las Angustias, con el que ésta pretendía desfilar. Además nadie creía que se pudiese llevar a efecto la constitución de una Hermandad con las características y signos externos que se pensaba iba a ostentar esta.
Hubo un segundo intento de fundar la mencionada Mayordomía el 22 de diciembre de 1968, volviéndose a reunir para ello en la Iglesia de San Juan de la Penitencia los mismos 17 asistentes fundadores de la primera Junta, habiéndose suprimido el “paso” de María Santísima de las Angustias y con la pretensión de desfilar como “tercio” de la Cofradía de la Flagelación, pero tampoco pudo éste llevarse a efecto.

Pero no todo iban a ser sinsabores, pues la primera satisfacción fue la conformidad de la cesión del Santísimo cristo de Zalamea por las Hermanas Clarisas; todas, desde la Hermana Genoveva hasta la última de las religiosas, se pusieron incondicionalmente al lado de los fundadores.

La autoridad eclesiástica también tenía sus recelos sobre la posibilidad de llevar a la práctica las propuestas iniciales, pero allí estaba el Hermano Mayor Eclesiástico, el Rvdo. D. Carlos Camarasa Rodríguez (q.e.p.d.) que con su entusiasmo consiguió el permiso para desfilar en el año 1.969 en plan de prueba, con la condición de que cuando el Rvdsmo. Sr. Obispo comprobase la realidad de los proyectos de la Hermandad.

En Junta General de 16 de marzo de 1.969, denominándose aún interiormente Mayordomía se presentan para su aprobación los Estatutos en los que queda perfilada ya como “Hermandad del Santísimo Cristo de Zalamea” constituyéndose como Hermandad independiente. El 20 de abril de 1.969 se consigue la aprobación eclesiástica de dichos Estatutos.

Así pues desfila por primera vez el Domingo de Ramos de 1.969, tras la Cofradía del Santísimo Cristo de la Flagelación

El 1 de marzo de 1.969 el periódico “Información” de alicante, expresaba: “Nueva Cofradía de la Semana Santa de Orihuela con lema de Paz y Bien”. “La Verdad”, el 19 de marzo de 1.969 comentaba: “Una nueva Cofradía, sus miembros firman un documento comprometiéndose a guardar corrección durante el desfile. Su Cristo, el Cristo de Zalamea, valiosa talla del siglo XV”. Con fecha 29 de marzo de 1.969, el mismo periódico decía “Esta tarde, traslado procesional (por primera vez) del Cristo de Zalamea. Saldrá a hombros de penitentes esta valiosa talla del siglo XV.

Poco antes, el 20 de marzo de 1.969 “Información” reseñaba: “Se le está dando a la Semana Santa de Orihuela el contenido penitencial que ordenan las nuevas conciliares; lo respetuoso, la seriedad, el orden y la penitencia ganan recogimiento”. El 24 de marzo de 1.970, vuelve a decir: “¿Está cambiando el estilo de la Semana Santa oriolana? Los cofrades dieron una nota de austeridad y disciplina penitenciaria en su desfile”. Un nuevo comentario en otro periódico, fechado el 6 de abril de 1.971: “Fervor y recogimiento en la procesión del Cristo de Zalamea. Invita al fervor de esta procesión, es digna de mayor elogio, no buscan el lucimiento, todos los hermanos llevan en su ánimo una actitud de recogimiento”.

 

 

El 11 de octubre de 1975 se acuerda en Junta crear un segundo tercio, formado únicamente por mujeres, con la imagen de la Virgen del Consuelo, que se hallaba en la Iglesia de San Juan, y que durante unos años, tras la Guerra Civil, había desfilado en la Procesión del Santo Entierro de Cristo como Virgen de la Soledad, siendo esta imagen de autor anónimo (aunque recientemente se han realizado estudios que la atribuyen a Roque López) y desfilando en 1976 por primera vez formando parte de esta Hermandad. Salió a hombros de costaleras usando las ropas y andas de la Virgen del Remedio cedidas por la comisión de fiestas de la Calle San Juan.

 

El tercio de los tambores, tan emblemático de la Hermandad, se formó en 1974. Los primeros años no estaba formado por hermanos, sino por estudiantes de colegios e institutos que aprovechaban esta oportunidad para desfilar y al mismo tiempo ganar dinero para costearse sus viajes de estudios. Después hubo una pausa de unos años, en los que los tambores no participaron en los desfiles procesionales.
Tenemos que esperar a 1994, para que se reforme el tercio de los tambores como actualmente lo conocemos, formado por hermanos de número y con una vestimenta diferente que los distingue del resto de cofrades. Dichas vestas carecen de capa y se caracterizan por llevar mucho más larga la tela del capirore por la zona de la espalda.
Si el golpe de los mozos ensalza de una manera única los pasos del Cristo de Zalamea, el toque de los tambores lo acompaña en su seña de identidad.

(D. Manuel Rodríguez Birlanga)

 

 

El Cristo de Zalamea, al que se le denominaba en su recinto de la Iglesia de San Juan “Cristo del Socorro” data del siglo XVII, siendo también de autor desconocido (también se han realizado estudios que atribuyen su autoría a Fray Nicolás de Bussy). Esta imagen que llegó al convento sin la cruz, la cual fue enviada al mismo 8 ó 10 años después, estaba en la clausura del convento de San Juan. Tras la Guerra Civil fue restaurada por Sánchez Lozano – ya que para su ocultación hubo de separarle los brazos – y colocada en el lugar que anteriormente ocupara un desaparecido cuadro del Cristo de Zalamea, de dónde comenzó a conocérsele por dicho nombre.

 

 

 

LEMA: «PAZ Y BIEN»

Paz y bien es el saludo franciscano. Al estar nuestra hermandad ligada a la orden Clarisa-Franciscana se quiso escoger este lema para dar testimonio de la necesidad imperiosa de este mundo. Los actos oficiales de la Hermandad finalizan con la pronunciación de dicho lema.

 

HISTORIA DEL ESCUDO

El primer desfile de la Hermandad Salió sin ningún escudo representativo debido a que era un desfile de prueba, en el que el Obispado decidiría si el Cristo de Zalamea podía formar parte de la Semana Santa de Orihuela.
Una vez pasado el primer desfile, ya era necesario dotar a la Hermandad de un escudo propio. El hermano Marcelino Asuar, entonces delegado de ornamentación y cuidado artístico, fue el encargado de realizarlo. Se basó en un medallón de la iglesia de San Juan en el que aparece el Cordero Pascual, simbolismo que debe leerse desde abajo hacia arriba. En primer lugar encontramos las Sagradas Escrituras que vaticinan la llegada del Cordero Divino (justo encima) que morirá en la cruz para redención humana (cruz que abraza).

Éste Cordero Pascual fue elegido por ser el emblema del monasterio de San Juan. Se le añadió únicamente la cruz que representa el martirio de Jesucristo en la Cruz y que por su redención el mudo verá una nueva luz, dando como resultado el escudo actual.

Las siguientes imágenes son fotografías de los escudos que hemos llevado en las procesiones desde el comienzo de la Hermandad.

(D. Manuel Rodríguez Birlanga)